Patxi Lopez hizo del anuncio del adelanto electoral un acto de campaña. Era de esperar; quien ha utilizado el Gobierno Vasco para intentar vender su imagen hasta el punto de crear un portal, Irekia, que pagado con dinero público se dedica solo a vender las pretendidas bondades socialistas, no podía renunciar a una ocasión como esa para hacer propaganda.
Malo es que el lehendakari denigre su cargo de esa manera al convertir un acto formal como lehendakari en un mitin socialista, pero peor es que mienta de forma descarada y consciente.
Decía Patxi López el pasado día 21 que el Partido Socialista había intentado una reforma fiscal y que el Partido Nacionalista Vasco la había impedido. Mentía el lehendakari al mantener esa afirmación.
El Partido Socialista no ha intentado una reforma fiscal en las Juntas Generales, que es donde corresponde, donde hay capacidad y legitimidad para hacerlo. El Partido Socialista se ha dedicado a utilizar sus pretendidos deseos de abordar una reforma fiscal para intentar conseguir una imagen de progresismo que sus hechos han desmentido durante años. Porque conviene recordar que ha sido el Partido Socialista el que ha bajado de forma importantísima los impuestos para las rentas más altas. La filosofía del Partido Socialista es bien sencilla: cuando gobiernan bajan los impuestos porque eso es lo progresista y cuando están en la oposición exigen subirlos porque eso es entonces los progresista.
Pero la mentira de Patxi López no quedó ahí; cuando Iñigo Urkullu anunció que el Partido Nacionalista Vasco quería abordar donde corresponde, en el seno de de las Juntas Generales, una reforma fiscal basada en la progresividad, la equidad y la justicia social, el lehendakari le acusó de proponer la reforma fiscal que antes había impedido, y llegó a decir que la propuesta del Partido Nacionalista Vasco se realizaba ahora “por la expectativa de recuperar el poder perdido”.
Pues bien, estas afirmaciones son absolutamente falsas y solo pueden entenderse bien porque Patxi López es un mentiroso o porque no se entera de nada; no sé que es peor.
En Euskadi la capacidad legislativa en materia tributaria reside en las Juntas Generales. Eso lo sabe todo el mundo, supongo que también Patxi López. Al iniciarse la presente legislatura la primera iniciativa del Grupo Juntero del Partido Nacionalista Vasco en Araba fue proponer la creación de una ponencia sobre fiscalidad.
En el escrito de solicitud de creación de la Ponencia indicábamos que era necesario iniciar el debate sobre la reforma de la fiscalidad. Puede consultarse el escrito íntegro, pero para facilitar las cosas lo teneis aquí:
De la lectura del escrito, presentado ante las Juntas Generales de Araba hace ahora un año, se desprende la intención del Partido Nacionalista Vasco de abordar la reforma de la fiscalidad, y de hacerlo serenamente y en profundidad, escuchando expertos, analizando informes, con el fin de que las modificaciones a introducir no tuvieran su fundamento en la mera oportunidad política, sino que realmente sirvieran para mantener el nivel de los servicios que prestan las administraciones vascas y al tiempo sirvieran para dinamizar nuestra economía y crear empleo.
Todos los grupos políticos presentes en las Juntas Generales de Alava apoyaron la constitución de la Ponencia. Los argumentos del Partido Socialista los explicó su Portavoz en los siguientes términos:
Durante el periodo de sesiones que finalizó en Julio la Ponencia sobre fiscalidad ha estado trabajando intensamente. Ha escuchado la opinión de expertos, técnicos, agentes políticos y sociales. Por ella han pasado catedráticos, inspectores de hacienda, sindicatos, patronales …. Finalizadas las comparecencias llega la hora de abordar la fase de conclusiones que deben servir de base para introducir reformas en nuestra fiscalidad. Todo ello desde las Juntas Generales, órgano competente, y no desde el Gobierno o Parlamento Vascos.
Todo estos lo debe conocer Patxi Lopez. El Partido Nacionalista Vasco lleva tiempo propugnando una reforma de la fiscalidad, y lo hace bajo dos premisas: esa reforma debe abordarse en las instituciones competentes, y debe realizarse con seriedad, no mediante proclamas demagógicas que solo buscan conseguir un puñado de votos.
En ello estamos en las Juntas Generales de Araba, aunque le pese a un lehendakari que o no se entera o no se quiere enterar.
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