El lehendakari Patxi López se ha reunido con Juan Vicente Herrera, Presidente de la Comunidad Autónoma de Castilla y León con el fin, al menos en teoría, de tratar los problemas comunes.
Desde la perspectiva vasca, y alavesa concretamente, lo lógico hubiera sido esperar que el lehendakari hubiera acudido a Valladolid con el fin de solucionar las grandes controversias que mantenemos abiertas con Castilla y León, que son fundamentalmente la negativa cerril y antidemocrática a permitir que treviseñas y treviñeses decidan libremente su incorporación a Alava y la permanencia de la Central de Santa Maria de Garoña.
Sin embargo Patxi López acudió a Valladolid para hablar de otras cosas; parece que esos problemas no merecían su atención, o que intentar solucionarlos podía resultar un obstáculo que impidiera que la reunión se llevara a cabo con la armonía necesaria para obtener el resultado deseado, que no era otro al parecer que sacarse una foto que añadir al álbum.
Y es que la postura de Castilla y León la ha resumido perfectamente el alcalde de la localidad burgalesa del Valle de Tobalina al señalar textualmente, en relación a Garoña, que “es un tema exclusivamente de Castilla y León y es bueno que el respeto impere entre ambas comunidades”, como si a Araba no le afectase el riesgo que supone el funcionamiento de una Central Nuclear obsoleta a solo unos kilómetros de la muga.
Ante este tipo de manifestaciones y la negativa cerril de Castilla y León a tratar siquiera los asuntos que de verdad suponen un conflicto entre ambas comunidades, Patxi Lopez ha acudido a Valladolid a darse un paseo, sacarse unas fotos y supongo que también a comer cordero.
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